Por trigésimo tercera vez consecutiva, la Asamblea General de Naciones Unidas rechazó por amplia mayoría el embargo impuesto por EE.UU. contra Cuba desde hace más de medio siglo. Sin embargo, como el resultado de la votación fue menos abultado que en ocasiones anteriores, algunos lo pintaron como un éxito de Washington y un revés para La Habana. Que es tanto como 'celebrar' que perdiste 8 a 2 en un juego de fútbol simplemente porque un año antes habías caído por 9-1 contra el mismo rival.
Pero, dejando de lado interpretaciones algo fantasiosas, no está de más observar los casos en que cambió la tendencia en el voto y, sobre todo, analizar las razones. Y es que mientras en años recientes los votos favorables a rechazar las políticas de bloqueo estadounidenses contra la isla siempre rondaban los 185, 190, y las abstenciones y votos en contra se podían contar con los dedos de una mano, en la votación de 2025 doce naciones se abstuvieron y siete votaron en contra.
Los votos cambiados manifiestan los convulsos tiempos geopolíticos que vivimos
Históricamente, los votos en contra eran exclusivamente los de EE.UU. y su portaviones en Asia Occidental (también conocido como 'Israel'), mientras que las abstenciones solían repartirse entre un puñado de islas del Pacífico o micronaciones que pocas personas podrían situar en un mapa, pero en esta ocasión se rompió un largo consenso que, así fuera con algún grado de hipocresía según el caso, mostraban la Unión Europea y América Latina y el Caribe como región. Y no podemos decir que los votos cambiados este año sean sorprendentes ni desconcertantes, pero sí que manifiestan los convulsos tiempos geopolíticos que vivimos.
El cambio en América Latina
Pongamos, por ejemplo, el caso de la Argentina. No se puede decir que el voto 'washingtoniano' o, valga la redundancia, 'telaviviano' del Gobierno de Milei sea la sorpresa geopolítica del siglo, más bien al contrario. De hecho, cuando el año pasado Buenos Aires votó a favor del levantamiento del bloqueo y no en contra, el presidente argentino reaccionó destituyendo de manera fulminante a su entonces canciller.
Sin embargo, la ideología no explica todo. Durante el Gobierno de Macri (por poner un ejemplo cercano en el tiempo), pese a lo nada 'castroguevarista' que era el entonces presidente argentino, Buenos Aires siempre apoyó a La Habana en su reclamo contra las políticas coercitivas de Washington.

Algo similar podría decirse del Paraguay: en efecto, actualmente tiene un gobierno claramente posicionado a la derecha y podría no sorprender su voto en esta ocasión. Pero la verdad es que, salvo un brevísimo paréntesis en su historia, en Asunción siempre hubo gobiernos para nada sospechosos de simpatías comunistas y, pese a eso, desde que se aborda en Naciones Unidas siempre habían votado contra el bloqueo.
En ese sentido, también puede no sorprender demasiado que Costa Rica o Ecuador, con presidentes de corte bastante 'trumpiano' actualmente en el poder, se abstuvieran. Sin embargo, otra vez, la afinidad ideológica no lo explica todo: El Salvador, también con un gobierno abiertamente alineado con Trump, apoyó el reclamo de Cuba en esta ocasión, como ha venido haciendo históricamente.
Europa: cinismo y alardeo de rusofobia
No solo en América Latina hubo algunos cambios de voto respecto a tendencias históricas: también tuvieron lugar en Europa. Por ejemplo, Hungría. El Gobierno de Viktor Orbán se pasó al lado tenebroso y votó junto con EE.UU. y su portaaviones israelí. Tampoco podría resultar demasiado sorprendente, tratándose de un gobierno con claras simpatías 'trumpistas', pero sí que hay algo curioso que señalar al respecto. Y es que no deja de resultar bastante contradictorio que Budapest, quien con toda la razón denuncia las sanciones de Bruselas contra Moscú, apoye en este caso un bloqueo contra La Habana. Lo que hace suponer que a Orbán las sanciones ilegales y criminales aplicadas unilateralmente solo le parecen ilegales y criminales cuando golpean de rebote a Hungría.
Entre los aspirantes eternos a la Unión Europea también hubo quienes trataron de mostrarse rudos con Cuba por su cercanía a Rusia, en un vano esfuerzo por presumir de carnet rusófobo y así ganar puntos en el Norte Global
Otros seis miembros del club de Bruselas también rompieron la tendencia histórica en la Unión Europea, pero en modo de abstención. Entre ellos, Polonia y las trillizas bálticas. Lo llamativo en ese caso es el motivo que argumentaron: si bien admitieron el impacto humanitario del bloqueo, al mismo tiempo acusaron a La Habana de apoyar a Moscú en el conflicto rusoucraniano. Lo que, por un lado, no tiene nada que ver con el tema votado y, por el otro, resulta especialmente cínico viniendo de países que, al contrario que Cuba, sí que envían armas y mercenarios (y en generosas cantidades) al campo de batalla.
En el apartado de aspirantes eternos a la Unión Europea también hubo quienes trataron de mostrarse rudos con Cuba por su cercanía a Rusia, en un vano esfuerzo por presumir de carnet rusófobo y así ganar puntos en el Norte Global. Son los casos de Albania, Bosnia Herzegovina y Moldavia, que se abstuvieron, y el de Macedonia del Norte, que votó en contra, tal vez con la esperanza de, a falta de un mejor y definitivo nombre para el país, al menos ser considerada como inflexible con Moscú.
Ucrania decepciona pero no sorprende
En esta misma línea, menos sorprendente todavía resulta el voto anticubano de Ucrania. En efecto, el representante de Zelenski ante la ONU votó en contra de levantar el bloqueo contra Cuba, acusando a La Habana de permitir y promover el ingreso de cubanos en las Fuerzas Armadas de Rusia. Casi al unísono, además, diplomáticos ucranianos anunciaron el cierre de su Embajada en la isla caribeña.
A pesar de las tensiones actuales, Cuba siempre mantuvo una relación amistosa con Ucrania, heredada de tiempos de la Unión Soviética. En la isla recibieron a miles de menores afectados por el accidente de Chernóbil, lo que estableció lazos estrechos de amistad entre familias a ambos lados del charco. Unos 26.000 niños, en su mayoría ucranianos, pero también rusos y bielorrusos, fueron atendidos gratuitamente por médicos y psicólogos cubanos durante años.
Así, en su empeño por reescribir la historia, Zelenski también trata de borrar las históricas relaciones de amistad con otros países y pueblos, con tal de ganarse unas palmadas en la espalda o, más en concreto, unos cuantos misiles Tomahawk de manos de Washington.
Queda claro que, aunque el mundo sigue estando en su inmensa mayoría en contra del bloqueo estadounidense contra Cuba, la convulsa situación geopolítica actual también repercute en los números de esa condena. Y en estos tiempos de máscaras que caen con cada vez mayor frecuencia y estruendo, se vuelve más necesario que nunca tener claro cuáles son los rostros que van quedando al descubierto.
El presente texto es una adaptación de un video realizado por el equipo de ¡Ahí les va!, escrito y dirigido por Mirko Casale.


