El gigante asiático está interesado en atraer a talentos extranjeros con el fin de "implementar aún más la estrategia de desarrollo de la fuerza laboral de China en la nueva era" y "promover la cooperación internacional y los intercambios entre jóvenes profesionales en ciencia y tecnología". Para ello, Pekín introdujo el pasado mes de agosto una nueva categoría de visa para jóvenes talentos en dichos campos.
Estos cambios en las reglas de inmigración chinas entrarán en vigor este 1 de octubre, según está previsto por un decreto del Consejo de Estado firmado por el primer ministro Li Qiang.

A diferencia de los 12 tipos de visas ordinarias existentes actualmente en China, las nuevas visas K ofrecerán mayor número de entradas permitidas, así como un período de validez y duración de estadía prolongados.
Una vez en China, los beneficiarios de la visa K podrán participar en intercambios en áreas como la educación, cultura y ciencia y tecnología, además de realizar actividades empresariales y comerciales relacionadas.
¿Cuáles son los requisitos?
Quienes deseen obtener la visa K deben cumplir con los criterios y requisitos establecidos por las autoridades chinas correspondientes y aportar la documentación necesaria.
Además de las condiciones relacionadas con la edad, la formación académica y la experiencia profesional, no se exige que un empleador o institución local emita una invitación, y el proceso de solicitud será más sencillo y ágil.

Abriendo puertas al mundo
La medida se da en el marco de los esfuerzos de China por simplificar sus normas de visado y fomentar los intercambios internacionales en los últimos años. A finales de julio, el país había implementado acuerdos de entrada sin visado o de exención recíproca con 75 naciones. Además, a partir de este 15 de septiembre los ciudadanos rusos pueden visitar el país asiático sin necesidad de visado por un período de hasta 30 días.
Impulsada por estas políticas de visado más flexibles, especialmente la ampliación de los programas de entrada sin visado, China ha registrado un incremento constante en la llegada de visitantes internacionales.
Así, según la Administración Nacional de Inmigración de China, en el primer semestre de 2025 los viajes de extranjeros hacia y desde el país aumentaron un 30,2 % respecto al mismo período del año anterior. Entre ellos, los desplazamientos sin necesidad de visado registraron un crecimiento del 53,9 %.
Un contraste con EE.UU.
Estas políticas de Pekín representan un fuerte contraste con las líneas migratorias de la Administración actual de Washington. El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció el 19 de septiembre que su Gobierno comenzará a aplicar una tasa de 100.000 dólares anuales a los visados concedidos a trabajadores extranjeros cualificados.
Tal medida estadounidense supone una importante reforma del sistema de distribución de las visas H-1B —con una validez de tres años y posibilidad de renovación por otros tres años más—, que se crearon para atraer a trabajadores temporales al país norteamericano con el fin de desempeñar funciones complementarias y altamente cualificadas.
En ese contexto, el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, saludó la decisión de Trump y declaró que las empresas deberán decidir si sus empleados extranjeros son "lo suficientemente valiosos como para pagar 100.000 dólares al año al Gobierno" o si deben enviarlos a casa y contratar a estadounidenses.