Tras la recompensa de 50 millones de dólares que ofreciera en la víspera el Gobierno de EE.UU. por información que condujera a la captura del presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que Washington sindica –sin pruebas– de actividades ligadas con el narcotráfico, diversas entidades cerraron filas con el mandatario.
Dentro de Venezuela, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) emitió un comunicado para rechazar las "bufonescas declaraciones" de la fiscal general estadounidense, Pamela Bondi. "Estas fantasiosas, ilegales y desesperadas ofertas al estilo de wéstern hollywoodense, representan un acto más de injerencismo en los asuntos internos de la nación, que violan flagrantemente el derecho internacional y los principios de autodeterminación de los pueblos", reza parte del documento, que fue leído por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, en compañía del alto mando militar.
El texto denuncia asimismo el "cinismo" de las autoridades de EE.UU. al pretender dar "lecciones de democracia" a otras naciones cuando internamente no hay respeto por las leyes, y al acusar falsamente a Padrino y a otros altos cargos del Gobierno "de liderar un cártel de narcotráfico", en interés de disimular "la cruda realidad de su decadente sociedad", donde "miles" de personas mueren a diario a consecuencia del consumo de sustancias ilícitas.
Del mismo modo, se cuestiona la eficacia de las políticas "intervencionistas y desfasadas" de la Casa Blanca para frenar la producción de drogas en la región, y se acusa a Washington de manipular "la verdadera dinámica de las rutas del narcotráfico", hoy concentradas en la vertiente pacífica de América Latina, lo que contrasta con la política soberana emprendida por Caracas para controlar el flagelo tras expulsar a la Administración de Control de Drogas de EE.UU. (DEA), entidad a la que se tachó de "cártel".
#Comunicado II Fanb rechaza declaraciones de fiscal de EEUU y ratifica lealtad y apoyo irrestricto al presidente Maduro pic.twitter.com/aDJBSmgbJC
— Agencia Venezolana de Noticias (@avnve) August 8, 2025
"Queremos dejarle claro al imperialismo que el ciudadano Nicolás Maduro Moros es el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro comandante en jefe […]. Además es un líder revolucionario que se ha ganado el afecto de la institución", subraya el escrito, en el que se advierte a EE.UU. de que "la FANB no es una organización de mercenarios". "No somos chantajeables ni aceptaremos insolentes ultimátums de potencias extranjeras que pretendan imponer su agenda mediante la intimidación y la mentira", concluyeron.
A la FANB se unió el fiscal general Tarek William Saab, quien repudió categóricamente "la grotesca e infame maniobra del Gobierno de EE.UU." al ofrecer una recompensa por Maduro.
"EE.UU. insiste en recurrir a prácticas propias de regímenes coloniales universalmente rechazados desde hace siglos, utilizando su aparato judicial como instrumento de persecución política global. Esta acción se enmarca en una operación de guerra psicológica y propaganda, diseñada para complacer a factores extremistas de la ultraderecha venezolana y generar caos en medio de un contexto electoral y político donde han sido derrotados en el terreno democrático", valoró el alto funcionario, para quien la vinculación del jefe de Estado venezolano con cárteles "es una calumnia infame".
También desde fuera
Los Gobiernos de Cuba, Nicaragua e Irán se sumaron a los reclamos de Caracas sobre la actuación de las autoridades estadounidenses. Así, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parilla, condenó la "fraudulenta recompensa anunciada por el Gobierno de EE.UU. contra el presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro, que constituye un nuevo acto de agresión contra esa hermana nación". "[El] Gobierno de EE.UU. carece de autoridad legal y moral para semejante medida", agregó.
De su parte, los copresidentes de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, difundieron un poema en solidaridad con Maduro, mientras que la Cancillería iraní publicó un comunicado en el que se asevera que "las conductas y expresiones intervencionistas de EE.UU. en los asuntos internos de países soberanos, entre ellos Venezuela, socavan de manera sin precedentes los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional".
"La ofensiva acción de EE.UU. al amenazar al presidente legítimo de un país independiente y miembro de la Organización de las Naciones Unidas, y al emitir acusaciones infundadas contra él, constituye una clara manifestación de la creciente adicción de los encargados de la política estadounidense a un unilateralismo agresivo y a métodos coercitivos para avanzar objetivos ilegítimos en la política exterior", consideraron desde Teherán, en el contexto de lo que calificaron como una "peligrosa tendencia que pone en riesgo los cimientos de las Naciones Unidas".
Por su lado, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), tachó las acusaciones estadounidenses de "agresión mitómana" y aseguró que se trata de una "artimaña desgastada para desviar la atención sobre los graves crímenes sistemáticos cometidos diariamente por el imperio estadounidense, responsable de masivas violaciones de derechos humanos, de agresiones imperiales y de ser el principal patrocinador del genocidio perpetrado por el Estado sionista de Israel".