Un traficante de drogas británico afirmó estar agradecido por su condena de casi cuatro años de cárcel al reconocer ante un juez que no quería seguir el camino de la delincuencia.
Jack Harrison, de 30 años, admitió un cargo de posesión de drogas con intención de distribuirlas y tres cargos por posesión de bienes delictivos después de que la Policía hallara pruebas en la casa de su madre en la ciudad inglesa de Stockton, informó este martes Daily Star.
Harrison, padre de dos hijos, aseguró ante el tribunal que se vio obligado a sumergirse en el tráfico de drogas para pagar deudas y admitió que era plenamente consciente del "impacto devastador" que le causó a su familia con su actividad criminal. "Me avergüenzo de mi comportamiento. Me avergüenzo de haberme vuelto incapaz de ser confiable como pareja y como padre", afirmó.
El hombre agregó que no tenía antecedentes penales "de esta naturaleza" y que su etapa como narcotraficante lo obligó a "vivir en un mundo que no entendía y al que no pertenecía", revelando que llegó a sufrir todo tipo de amenazas, incluida ser quemado con ácido.
"Decirles que no a esas personas era un peligro al que no podía arriesgarme. Agradezco esta sentencia con ambas manos, pues siento que la custodia me ha salvado la vida. Me ha demostrado que no pertenezco a un mundo de criminales", concluyó.