El enviado especial de la Casa Blanca, Keith Kellogg, y el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, además de otros políticos republicanos, han desarrollado desde hace meses una campaña para orientar al presidente Donald Trump hacia una postura más dura contra Rusia, reporta The Telegraph, citando fuentes del Congreso del país norteamericano.
Este esfuerzo condujo a que Trump amenazara este lunes con imponer aranceles secundarios del 100 % a los países que comercien con Rusia si no se concierta un acuerdo de paz en el conflicto ucraniano en 50 días.
Si bien el propio mandatario explicó que esto se debe a su "descontento" con su homólogo ruso, Vladímir Putin, detrás de bastidores algunos republicanos han estado trabajando durante meses para poder influir en su postura hacia Moscú y hacer que sea más favorable para Kiev.
"Nuevo enfoque"
El papel principal lo desempeñó Keith Kellogg, enviado de Trump para Ucrania, quien parecía haber sido sustituido por Steve Witkoff, enviado especial para Oriente Medio, quien en lo que va de año ha viajado cuatro veces a Rusia para reunirse con Putin. No obstante, según un informante, Kellogg ha estado "en ascenso" últimamente. "Él y Rubio están impulsando el nuevo enfoque", aseveró.
De igual modo, otra fuente agregó que Kellogg "ha asumido un papel más importante en las últimas semanas", mientras que Witkoff ha quedado estancado en las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear. Así, Kellogg visitó este lunes Kiev, donde fue recibido por el jefe de la Oficina de Vladímir Zelenski, Andréi Yermak.
Mientras, el secretario de Estado también juega un importante rol en la toma de decisiones por Trump, ya que en el curso de su segundo mandato se ha convertido en uno de sus asesores más influyentes, acumulando una cartera de cuatro cargos, incluido el de asesor de seguridad nacional.
Aunque también se ha especulado que la esposa de Trump, Melania, influyó en su postura sobre el conflicto ucraniano, el propio presidente desmintió tal suposición y aseguró que la primera dama es "muy neutral" al respecto. "Ella es muy inteligente. Es muy neutral. Es como yo, a ella le gustaría que la gente deje de morir", afirmó, respondiendo a la pregunta de un reportero sobre la conversación que tuvo con su esposa luego de una llamada telefónica con el presidente ruso.
