La estatua de cera del presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue robada en la mañana de este lunes del Museo Grévin, en París, y colocada frente a la Embajada de Rusia en protesta por los vínculos económicos entre Moscú y París en los sectores del gas, de los fertilizantes químicos y de la energía nuclear. La asociación Greenpeace se atribuyó la responsabilidad del robo.
Según el organismo, el mandatario mantiene un doble discurso: "Mientras apoya diplomáticamente a Ucrania, Francia continúa comerciando con Rusia, importando gas, uranio y fertilizantes químicos".
"Francia se ha convertido en el mayor importador europeo de gas natural licuado (GNL) ruso, con un aumento de casi el 80 % en 2024 (en comparación con 2023)", dijeron en un comunicado.
Tres personas, dos mujeres y un hombre, se hicieron pasar por turistas para entrar al museo. Una vez dentro, se disfrazaron de artesanos o empleados del lugar y lograron robar la estatua escondida bajo una manta, recogen medios locales, citando una fuente policial.
Los ladrones lograron escapar con la efigie, valorada en 40.000 euros, a través de una salida de incendios. Más tarde, un hombre que se identificó como miembro de Greenpeace contactó al museo para reivindicar la acción. La dirección del establecimiento avisó inmediatamente a la Policía.
La acción frente a la Embajada duró apenas unos minutos.